¿Sabes algo? No, claro, ¡cómo ibas a saberlo si nunca te paraste a dedicarme un minuto!
Pues, escucha:
Me encanta salir corriendo sin paraguas en un día de lluvia
Pararme de repente y empezar a gritar hasta dejar mis cuerdas vocales sin sentido,
y luego, luego reirme como una cosa tonta, reirme a carcajadas mientras las gotas
penetran en mi ropa y mi pelo se me pega a la cara. Acordarme de ti y, casi en un
susurro, muy bajito, y muy lento, decir que te odio.
sábado, 13 de marzo de 2010
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Si alguien me dijera así que me odia me halagaría.
ResponderEliminarUn susurro muy bajito.
Te leo.