jueves, 23 de diciembre de 2010

Nervios.

Tú sonríes,
yo, me pongo roja.
Tú te ríes,
dejo caer las cosas.
Te gusta,
me he puesto nerviosa.

sábado, 24 de abril de 2010

la chica de azul

No entendía porque se había obsionado con ella de esa manera.
Todos las mañanas aparcaba su mini azul en el mismo lado de la
calzada y salía radiante de energía hacia su destino. Siempre
vestía de azul, con unas gafas gigantes que le tapaban su cara
aterciopelada y la melena caoba recogida en un
pequeño moño muy gracioso que se movía a un lado y a
otro cuando caminaba.
Cada día era lo mismo. Ella llegaba y él, él se quedaba embobado
mirando como se metía en aquel edificio de oficinas en el que,
intuía, debía trabajar sus 8 horas, con almuerzo y café incluido.

Solo pensaba en esa llegada despampanante...
Sólo una o dos veces ella se había acercado
a su puesto de perritos calientes, para pedirle la hora.
Él sabía que no era una preciosidad, pero ese halo de misterio
que la envolvía le volvía loco. Siempre de azul. Siempre.

Una mañana de mediados de abril, a eso de las 8 de la mañana,
él la esperaba impaciente. Se retrasaba ya por 5 minutos. Pero
esta vez fue distinto...No era igual.
Se había pintado los labios de rojo pasión; ya no era la chica de azul...
Todo cambió.

domingo, 21 de marzo de 2010

Adios

He cortado los hilos que me sustentaban.
He borrado las líneas que recorrían mi cara.
Me he quitado la camisa de cuadros y el peto azul marino.
He dejado de ser una marioneta.
Ya no me muevo impulsada por una mano dominante, he decidido
ponerme unos vaqueros de pitillo y pintarme los labios de rojo.
Soltarme el pelo y calzar unos tacones de vértigo.
Pasearme por delante de ti y muy dulcemente decirte:
"Adios, pequeño, adios".

Sueño de una tarde de verano

Y cuando todas las luces se apaguen, y todo esté oscuro y en silencio, me sentaré a los pies de un alga gigante, en el fondo de un océano seco, sacaré un libro debidamente escogido al azar, y lo leeré de atrás adelante.
Después, me montaré a lomos de una mariquita gigante y surcaremos volando los mares, para acabar aterrizando en una nube rosa, de un cielo verde, de una tarde fría y lluviosa de verano.
Te cogeré de la entrepierna y apretaré, tú llorarás y yo me reiré.

domingo, 14 de marzo de 2010

A veces

A veces, prefiero sentarme a tu lado; tomarnos un cola cao; reirnos sin parar, tanto
que el tembleque generado nos haga tirarlo todo por encima de la manta de rayas verdes y grises
que nos enfunda en algún sofá que se despieza al mínimo suspiro.
A veces, me gusta mirarte cuando te enfadas, y reirme porque tus labios hacen una mueca
extraña cuando me dices mil y una veces "idiota".
A veces, pero a veces sólo, odio tener que verte, porque sé que no durará más de una hora, y tendré que irme, y despedirme de ti hasta pasado un mes.
A veces, cuando necesito desahogarme, te insulto, y tú me dejas, y luego me abrazas. Eso me gusta.
A veces, a veces te odio tanto....y otras, no consigo vivir sin ti.

sábado, 13 de marzo de 2010

Cómo decirte que te odio

¿Sabes algo? No, claro, ¡cómo ibas a saberlo si nunca te paraste a dedicarme un minuto!
Pues, escucha:
Me encanta salir corriendo sin paraguas en un día de lluvia
Pararme de repente y empezar a gritar hasta dejar mis cuerdas vocales sin sentido,
y luego, luego reirme como una cosa tonta, reirme a carcajadas mientras las gotas
penetran en mi ropa y mi pelo se me pega a la cara. Acordarme de ti y, casi en un
susurro, muy bajito, y muy lento, decir que te odio.

sábado, 27 de febrero de 2010

my untied shoes

Caminaba deprisa, luego despacio. Ahora me ha dado por correr. Correr tan rápido como pueda.
Pero tengo que detenerme porque mis zapatos se han desatado. Les hago un nudo fuerte para no tener que parar y poder seguir viendo el mundo deprisa, luego despacio, y luego, luego corriendo.